26 de febrero de 2008

Se soltaron los perros


OCTAVIO QUINTERO

Alguna parte importante del empresariado colombiano ha alertado a su jauría de analistas económicos en contra de las medidas fiscales a la carta que ha venido implementando el gobierno en pro de otro grupo de empresarios que deben tener más juego en los futuros intereses políticos del presidente Uribe.

A juzgar por los términos de sus denuncias, el asunto es grave, y puede pensarse que Uribe se está jugando una carta importante en su futura imagen pública fabricada, como todos sabemos, a partir de encuestas que se adelantan entre la mínima parte de la población que ha resultado beneficiada del exclusivo y excluyente modelo neoliberal.

No se puede albergar mucha objetividad en los comentarios de los mastines neoliberales que ahora que sus amos se alejan del centro del poder han dado en encontrar odiosos favoritismos fiscales, pero sirven para validar las críticas que de tiempo atrás hemos hecho al modelo quienes a un alto costo personal y profesional nos hemos sostenido en la inviabilidad de un modelo que ha despojado al Estado de su contenido y responsabilidad social para endosárselo a la que hoy con gracia irónica llaman “capitalismo social” en un, hasta brillante esfuerzo alquímico de mezclar el agua con el aceite.

A partir de las críticas ya suficientemente comentadas del ex ministro Hommes y del ex director de Planeación Armando Montenegro, mastines neoliberales del ex presidente Gaviria, aparece después otro peso pesado del régimen, el ex ministro Juan Camilo Restrepo, un encanto de analista político y económico, de clara estirpe social (cuando está sin puesto) descubriendo, desde su perspectiva de futuro candidato presidencial que (…) “La política tributaria de la administración Uribe se ha caracterizado porque le encanta cargarle la mano sin piedad a las rentas de trabajo, y a los consumidores a través del IVA y de la altísima tributación sobre los combustibles. Pero cede ante las presiones de quienes piden tratamientos de privilegio para sectores poderosos (…). Tiene toda la razón el ex ministro Rudolf Hommes cuando en reciente artículo señalaba que por estos tiempos "los traficantes de influencias montan y desmontan en Palacio".

Una de las razones que hacen muy interesantes los comentarios de Hommes es que él siempre escribe con conocimiento de causa porque, nadie como él ha sido siempre un “traficante de influencias”, unas veces desde el sector privado a través de fundaciones patrocinadas por generosos contratos de prestación de servicios con el Estado o, directamente desde el mismo “Palacio” al cual alude en la cita que le toma Juan Camilo, otro “traficante de influencias” especialmente para la empresa privada antioqueña y también desde “Palacio” a todo lo largo y ancho de su vasta carrera pública.

Pedro Medellín como que tiene menos que arriesgar en el lance porque su lanza en ristre apunta al corazón de Uribe:

(…) “Como si la reforma laboral y las exenciones de impuestos no fueran suficientes estímulos para los empresarios, el Gobierno ha convertido los aranceles en un mecanismo recurrente para mantener los apoyos políticos y, de paso, favorecer a algunas empresas. El asunto es tan notorio que, con el aumento de los aranceles para la tela, la ropa y los zapatos anunciado por el Gobierno, los economistas han encendido las alarmas. Armando Montenegro afirmó que "la iniciativa de subir los aranceles de un puñado de empresas selectas es altamente inconveniente". Y mientras que el ex ministro Hommes afirmaba: "Suben aranceles para que suban los precios de algunas acciones", Alejandro Gaviria, ex subdirector del DNP, alertaba sobre la desinstitucionalización que entrañaba la medida: "En el pasado, estas decisiones eran discutidas en el Consejo Superior de Comercio Exterior, una importante instancia técnica. Pero con el deterioro de los contrapesos internos, las decisiones se toman ahora en reuniones cerradas en Palacio, de frente a los beneficiados y de espaldas al país". Es la microeconomía de los favores políticos, con la que el Gobierno moviliza apoyos y garantiza alta rentabilidad a los empresarios. El modelo es sencillo: invocando la necesidad de aumentar la protección de los productores nacionales, altos funcionarios del Gobierno asumen el papel de agentes o promotores empresariales. Utilizando o no los canales institucionales, toman las medidas que no solo favorecen a ciertas empresas, sino que, además, los convierten en inigualables candidatos a dirigentes empresariales una vez salgan del Gobierno”.

Qué bueno que ahora vean esto. Casi en los mismo términos la denuncia está hecha en mi libro “La mentira organizada”, escrito hace 10 años:

(…) “¿Qué es lo que motiva la doble moral de hoy? La explicación es la connivencia que existe entre los sectores público y privado, dirigidos por capas predominantes en lo político y en lo económico que se corrompen unas a otras, aunque, para los intereses del sector privado toda la culpa se haga recaer sobre el sector público. Al igual que privatizan las utilidades y socializan las pérdidas, también las virtudes son privadas y las culpas públicas. Como si pudiera haber corrompido sin corruptor. Es sorprendente, y cuando menos sospechoso, que por mal que le vaya a un ministro, gerente o director de empresa estatal, al dejar el cargo se le abran exclusivas puertas del sector privado, especialmente en aquellas entidades privadas que más tuvieron qué ver con su gestión pública”. (Págs. 91/92).

Es indudable que estas críticas reflejan la caída del sol que está poniéndose a la espalda del presidente Uribe.

Colombia: una guerra sin fin

He aquí una deliciosa historia política de Colombia que encaja bien en “La mentira organizada” de la que me he ocupado en los últimos años.

Con un cordial saludo…

Octavio Quintero

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La historia de los pactos políticos

en la república de Carimagua

Por: Alberto Pinzón Sánchez

(especial para ARGENPRESS.info)

Fecha publicación: 25/02/2008

Conocí las sabanas de Carimagua en 1970, durante el cierre famoso de un año de la Universidad Nacional de Bogotá. Con un compañero de curso, quien hoy goza de su pensión de profesor de antropología. Compramos sendos morrales en la tienda de la calle 19, donde se vendían los sobrantes de la película 'Queimada' que por esa fecha filmaba Marlon Brando en Colombia, empacamos unos cuantos chiros, cuadernos para el diario de campo, y sonrientes nos dispusimos inducidos por nuestra profesora Doña Blanca Ochoa, esposa de Gerardo Molina, a conocer lo que quedaba de las comunidades indígenas guahibas del río Meta y en los inmensos pajonales de Planas.

En un viaje de tres días seguidos, la flota Macarena nos llevó en medio de una nube de polvo rojo hasta el caserío (en aquel entonces) de Puerto Gaitán, donde debimos esperar un día más al trasbordador del ministerio de obras públicas, que nos cruzó el río Manacacías. Una vez al otro lado, en el extenso fundo o hacienda Santafé de los Riobueno, comenzó una aventura de tres meses y medio, que todavía no me explico como pudimos superar con vida. Por el río Meta hasta Orocué. Luego en el camión repartidor de cerveza hasta la granja experimental del gobierno que tenía en las sabanas de Carimagua, llamada Gaviotas y que poco después de lo del Palacio de Justicia, Belisario Betancur convirtió en la base militar de Marandúa. Luego en el yip de su cuasi-dueño Paolo Lugari hasta el bajo de la culebra a donde él iba a comprar un lote experimental de 300 reses llaneras (bajo la formula latifundista probada de una res por cada 5 hectáreas), y finalmente varias semanas a caballo hasta Puerto Carreño, en donde pudimos tomar un avión DC3 amarado con cabuyas de la flota Urraca, para regresar a Bogotá. El trabajo de campo etnológico con dibujos porque no tuve cámara fotográfica, creo que si no lo han destruido reposa en la biblioteca de la facultad. Doña Blanca lo calificó como, ¡muy bien hecho muchachos!

La historia de la región, ha seguido el mismo patrón sangriento descrito muy bien para todo Colombia por Héctor Mondragón, para la ampliación a sangre y lodo del mercado interno en el campo, recomendado a mediados del siglo 20 por el economista norteamericano-canadiense L. Currie: Despojar mediante todos los medios al alcance del Estado, de sus tierras a los campesinos, para impulsar el desarrollo industrial del agro, desplazándolos obligatoriamente hacia las grandes ciudades, para jalonar allí el desarrollo económico del país sobre la base de la llamada industria de la construcción. Poco después del genocidio oficial de los indígenas guahibos de Planas, ocurrido a partir de 1971 y documentado por el sacerdote Gustavo Pérez Ramírez en su libro 'Planas: Las contradicciones del capitalismo' los hermanos Riobueno dueños del fundo de Santafé, fueron asesinados por los paramilitares de don Víctor Carranza, llamados 'carranceros' y efectivamente el desarrollo llegó toda la región: Hubo carreteras, puentes, Puerto Gaitán, Orocué, San Pedro de Arimena y demás caseríos se convirtieron en semi-ciudades con burdeles, llegaron las cercas de alambre, partición de fundos, ganadería intensiva de cebú rojo, abonos, tractores, ensayos de cultivos industriales, y, Narcotráfico.

Pero como no se puede hablar de la historia de Colombia, sin hablar de la compleja sucesión de los pactos políticos en las alturas del poder, que se remonta al año de 1828, cuando se disolvió la gran Colombia de Bolívar y surgió la actual nación colombiana; iniciaremos el recuento del largo e ininterrumpido ciclo de guerra-pacto y nueva guerra, en 1958, cuando llega a la presidencia de Colombia ese gran locutor llamado Alberto Lleras Camargo, quien venía de ocupar la dirección de la Organización de Estados Americanos en Washington.

Cuando Lleras Camargo tomó posesión como el primer presidente del Frente Nacional, la mayoría de los colombianos en la casa, frente a esa cajita de madera llamada radio, guardaron silencio y expectación. Nunca nadie pudo diferenciar entre la factura del texto o la lectura de su discurso. Pausada, razonada y pronunciada con la entonación de los hombres exquisitos de Bogotá. Alguien comentó: 'Es el hombre contrario a Gaitán'. Hoy después de tantos años entiendo ese comentario. Introdujo en Colombia una palabra que todavía perdura: Reformas.

Su primera reforma y talvez de más largo alcance y profundidad, consistió en sentar las bases para un nuevo pacto entre el poder militar controlado estrechamente desde comienzos del siglo 20 por el gobierno Norteamericano y el llamado poder civil. Se pactó la centralización del mando civil del presidente de la república sobre las fuerzas armadas, a cambio de un sin numero de gabelas llamados fueros militares. En adelante no hubo una fuerza armada obedeciendo a la dirección liberal y otra, a la dirección conservadora y en contradicción entre si, sino un solo cuerpo armado subordinado nominalmente al Presidente y al partido del Frente Nacional. Los asuntos del alto gobierno fueron formalmente separados de los asuntos militares llamados del orden público de la nación, previamente enmarcados dentro de la estrategia universal de la guerra fría contra el comunismo, adoptado públicamente en 1947 el gobierno del Presidente Truman en los Estados Unidos.

Las Fuerzas Armadas colombianas así fueron transformadas en un destacamento contrainsurgente tutelado, dirigido y apertrechado por el gobierno estadounidense, algo así como un Partido Anticomunista Armado para la guerra fría, sobre la base orgánica del Batallón Colombia, que había sido creado por un pacto de sangre sellado entre el gobierno del dictador civil conservador y anticomunista Laureano Gómez, con el gobierno de los Estados Unidos, para que el ejército colombiano (entre Junio de 1950 y Julio de 1953) participara directamente en combate en la guerra de Corea. La lealtad del batallón Colombia con el poder presidencial, había sido ya comprobada por el dictador Rojas Pinilla, con la masacre de estudiantes el 8 y 9 de junio de 1957 en Bogotá.

Todavía se escuchan los ecos doctrinarios de la lectura del discurso restringido, pronunciado ante el alto mando militar por el Presidente Lleras Camargo, el 9 de Mayo de 1958, en el teatro patria de Usaquén:

'Las Fuerzas Armadas, dijo, no pueden deliberar en política porque la acción política se hizo para toda la nación, porque la nación si distinción de grupos raza o afiliación religiosa o política les ha otorgado sus armas, el poder físico, junto a la obligación de defender los intereses comunes, les ha conferido derechos especiales, les ha exonerado de muchas reglas que gobiernan la vida civil, bajo una sola condición: No permitir que todo el peso de su poder recaiga sobre los ciudadanos inocentes'.

De esta manera, las verdaderas reformas de toda índole, que la sociedad estaba necesitando con carácter urgente, pasaron a ser impulsadas por el ejército como institución bajo la subordinación política del partido del Frente Nacional, con la concepción expresada por uno de sus jefes militares más destacados el general Ruiz Novoa, quien las había aprendido durante su destacada participación de la guerra de los Estados Unidos en Corea y que bien pronto se convirtió en consigna: 'La defensa contra el comunismo no reside tan solo en la fuerza de las armas; ella se encuentra en la eliminación de las desigualdades sociales siguiendo las normas democráticas y cristianas'.

Era fundamental hacer irreversible el pacto político frente nacionalista que daba por concluida la tradicional guerra entre liberales y conservadores, poniendo a marchar la administración del Estado debidamente reorganizada y repartida entre los hombres de estos dos partidos. Retirar a los militares de los altos cargos de gobierno. Recuperar la economía de las zonas de conflicto mediante acciones cívica-militares y planes económicos de rehabilitación emprendidos por el ejército, con las alcaldías militarizadas. Normalizar mediante tribunales especiales los problemas de titulación de tierras surgidos de la confrontación bipartidista anterior y sobre todo, dejar marchar la economía general del país conforme a la doctrina desarrollista, que bajo la supervisión de los Estados Unidos se estaba aplicando en todo el continente latinoamericano. Entonces el economista anglosajón L. Currie, llegó a Colombia.

Pero este famoso pacto firmado en las playas de Cataluña en 1957, entre el jefe conservador falangista y profundamente anticomunista Laureano Gómez y el propio jefe liberal Alberto Lleras, que dio por concluido políticamente el periodo llamado de la 'violencia bipartidista' entre liberales y conservadores, también inició una larga y tortuosa etapa de la vida colombiana, que los politólogos de hoy día denominan 'el post-conflicto de la violencia', pero que el pueblo laborioso siempre recordará como el Frente Nacional liberal-conservador.

La guerra sectaria entre liberales y conservadores, fue ganada plenamente por los conservadores 'laureanistas', pues en lo militar ni una sola de sus estructuras armadas entregó una navaja o se desmovilizó, mientras que todos los grupos orientados por los gaitanistas liberales entregaron sus fusiles y se desmovilizaron, y en lo político, se impusieron las ideas anticomunistas y corporativistas del nacional-catolicismo de Laureano Gómez, ajustadas con el 'panamericanismo maltusiano ' del presidente Lleras Camargo.

La institución militar inducida, cerró una estrecha vinculación económica con a los gremios de la producción para desarrollar el mercado interno del país. Se garantizó el reparto equitativo de la burocracia entre los miembros de los dos partidos según lo pactado y se consolidó el poder político central del gobierno sobre las regiones, en especial las conflictivas. Se abrió un proceso de titulación y legalización del despojo de las tierras obtenidas en el enfrentamiento que acababa de concluir, constituyendo para ello tribunales y jueces especiales. Se creó la poderosa institución estatal de Profamilia encargada de adelantar una política maltusiana para el control de la natalidad. Y se reformó la legislación laboral para concluir la demolición de los sindicatos de orientación comunista, hacer abortar el proceso de toma de conciencia clasista dentro movimiento campesino de orientación gaitanista, que había apoyado la lucha guerrillera anterior.

Los militares como institución reformada fueron marginados de las llamadas 'contiendas electorales' y de la administración pública reorganizada, para ser integrados directamente mediante los sonados planes de acción 'cívico-militar y rehabilitación', al desarrollismo que los Estados Unidos impulsan para toda la América Latina, y puntualmente el economista L. Currie en Colombia. Los llamados gremios de la producción colombiana (cafeteros, ganaderos, industriales, exportadores, grandes comerciantes, banqueros financistas etc.), cobraron el apoyo brindado al presidente Lleras Camargo en su lucha exitosa contra el gobierno militar anterior de Rojas Pinilla, y con el eficaz apoyo de las acciones cívico-militares, pusieron en marcha sus planes corporativos para llevar el desarrollo del mercado interno del país hasta el ultimo rincón del territorio nacional.

Concluido el proceso de control político sobre las regiones en conflicto y el despojo de tierras en las zonas cafeteras, esmeraldera y llanera había concluido con el gobierno de Lleras Camargo; el pacto frente nacionalista selló la suerte de los chulavitas, bandoleros y pájaros oficiales, quienes ya sin el apoyo de los gamonales de los directorios regionales liberal fueron fácilmente eliminados por el gobierno y el ejército. Los más notorios y sanguinarios son dados de baja, mientras que a otros como Zarpazo Buitrago o mariachi Oviedo, van a servir de guías civiles en la lucha contra los reductos guerrilleros gaitanistas y comunistas sobrevivientes de la guerra de Villarrica y el oriente tolimense, desatada por el derrocado dictador Rojas Pinilla, y quienes habían aceptado la desmovilización pero no la entrega de armas.

Esta lucha por desarmarlos, la continuará con mayor despliegue el siguiente presidente del Frente Nacional, el gamonal conservador caucano Guillermo León Valencia, bajo la consigna de destruir las republicas comunistas de Marquetalia y Ríochiquito, y adquirirá bajo la orientación y dotación del gobierno norteamericano, un desarrollo y carácter diferente: Se tornará en una Guerra contrainsurgente anticomunista, que el ejercito colombiano, asistido por planes militares recurrentes elaborados en Washington y sin ninguna idea propia ha prolongado tercamente hasta el día de hoy, anclado en su caduca experiencia de la guerra de Corea, muy a pesar de los cambios tan ostensibles que ha tenido el mundo en su globalización neoliberal.

Guillermo León Valencia, en 1962 da por concluida oficialmente la violencia liberal conservadora, que dejó más de 300.000 muertos de guerra y aun no se sabe cuantos millones de desplazados internos campesinos propietarios y pobladores, para dar inicio a la guerra contrainsurgente anticomunista del Estado, planeada milimétricamente y dotada por los gobiernos de los EEUU; inicialmente en el Latin American Security Operation (laso), pero continuada sin ninguna interrupción con el nombre del plan de guerra correspondiente por los diferentes gobiernos liberales o conservadores, hasta ir sentando lentamente las bases militares-económicas y políticas, sobre las que el actual Narcotráfico Paramilitar ha construido su poder y se ha apoderado del Estado colombiano. Hoy se contabilizan cerca de 200.000 muertos de guerra y más 4 millones de desplazados internos.

¿Cuál es ese hilo conductor, o si se prefiere esencial y excepcional de nuestra historia, que incluso el gran historiador marxista inglés Eric Hobsbawm en alguna de sus obras escritas en aquellos años (1960), había sugerido y que luego la practica real del llamado conflicto colombiano ha dejado al descarnado?

Sencillamente que al contrario de lo establecido para Europa, por ese otro gran historiador alemán von Clausewitz; en Colombia como excepción Universal, la política ha sido la continuación de una guerra ininterrumpida, impuesta desde 1828 por la clase dominante desde el poder, sobre el pueblo trabajador, para dominarlo y explotarlo.

El conflicto armado actual ha obligado en la practica, a hacer comprensible todos esos estudios de caso que la escuela sociológica estructural funcionalista, imprimió bellamente para ser lanzados como tinta de calamar, con el fin expreso de enturbiar o nublar la conciencia histórica de la sociedad, y presentar cada 'guerra civil' como un pintoresco hecho aislado o único, sin vinculación con el siguiente o con el precedente.

Sin embargo la terrible contradicción social de la guerra contrainsurgente actual, ha dejado al descubierto claramente el protuberante hilo histórico que la une con la guerra civil que disolvió a la gran Colombia soñada por el Libertador Bolívar. Ha quedado al descubierto, cómo desde la disolución de la Gran Colombia los hacendados esclavistas y exportadores de oro y luego de café, enfrentaron hasta 1.962 sus peonadas sectarizadas, en guerras que llamaron civiles, resueltas mediante pactos bipartidistas en las alturas, con el fin de cambiar la Constitución de Colombia y acomodarla a sus particulares intereses.

Pactos que luego rompían, para así pretextar una nueva guerra civil, que se volvía a concluir con otro nuevo pacto bipartidista liberal-conservador y así sucesivamente, en un círculo vicioso infernal de guerra-pacto- guerra, que ha terminado por denominarse conflicto armado histórico colombiano. Veamos sus principales desarrollos:

En 1829 se alían los generales caucanos y grandes propietarios de esclavos José Hilario López, José Maria Obando, ambos del grupo liberal llamado de los exaltados, con el general vicepresidente Domingo Caicedo, del grupo de los liberales moderados, contra el general venezolano Rafael Urdaneta amigo fiel del Libertador Simón Bolívar, con el fin de restaurar en el Poder por medio de una guerra, al general Francisco de Paula Santander, disolver la Gran Colombia y establecer la Constitución de la Nueva Granada. En esta guerra hubo cerca de 600 muertos.

Luego vino la segunda guerra civil llamada de los supremos, iniciada en 1839 y concluida en 1842. Durante 27 meses el gobierno liberal moderado de José Ignacio Márquez, aliado con los también generales hacendados y esclavistas del partido liberal moderados Tomas Cipriano Mosquera y Pedro Alcántara Herrán, se enfrenta encarnizadamente contra los generales liberales exaltados Francisco Carmona, antiguo enemigo de Bolívar en la costa Caribe, Salvador Córdoba en Antioquia, Manuel González en el Socorro y Vicente Vanegas en Vélez, quienes se sumaron al alzamiento que el general Obando hizo cuando era conducido detenido a la ciudad de Pasto, para ser juzgado por el asesinato de posible sucesor de Bolívar el mariscal de ayacucho Antonio José Sucre y quien cayó asesinado el 5 de Abril de 1828 en las montañas de Berruecos.

El general Obando se levanta en el Cauca con doscientos peones y esclavos suyos, se declara jefe supremo de la guerra del sur y restaurador y defensor de la religión del crucificado. Una mediación del ministro plenipotenciario Ingles en Colombia Robert Stewart en Ocaña, concluye con el pacto de los dos grupos para expedir la constitución de 1843. Los liberales moderados poco después se llamarán conservadores y los exaltados tomaron el nombre de liberales a secas. En esta guerra hubo 3.400 muertos.

La tercera guerra civil en 1851, duró 10 meses. El general hacendado caucano José Hilario López, presidente liberal, se une con el general Obando, para hacer frente al alzamiento conservador armado que comandan en su contra, el tratante de esclavos caucano Julio Arboleda aliado con el hacendado de Guasca Mariano Ospina Rodríguez. La confrontación termina en septiembre de 1851, con un pacto que indulta a los jefes conservadores, sienta las bases para la constitución de 1853 y deja más de 1.000 muertos.

La cuarta guerra civil dura 8 meses y se inicia en Abril de 1854. Cinco hacendados generales liberales moderados, convocados por el vicepresidente José de Obaldía; Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, Tomás Herrera, Joaquín Posada Gutiérrez y Joaquín París, hacen una gran coalición con los hacendados conservadores Julio Arboleda, los hermanos Pastor y Mariano Ospina y Manuel Briceño, para derrocar al general Melo, quien apoyado por los artesanos bogotanos le había arrebatado la Presidencia de la república al general Obando. La gran coalición de generales triunfa. Destierran al General Melo, aplastan a los artesanos que lo habían apoyado, y pactan las condiciones de la Constitución federal Granadina de 1858. El número de muertos llega a más de 4.000.

La quinta guerra civil dura 16 meses y la inicia el gobernador del Estado federal del Cauca general Tomás Cipriano de Mosquera, en Mayo de 1860, representando una coalición electoral de liberales y conservadores llamada Partido Nacional. Derrotado el gobierno conservador hegemónico del hacendado de Guasca Mariano Ospina Rodríguez, pacta las bases de la Constitución Radical de 1863. Hubo cerca de 6.000 muertos.

La sexta guerra civil dura 10 meses y comienza en 1876. El partido conservador pacta con el liberalismo de Rafael Núñez en contra del gobierno de los liberales radicales. Concluye con la derrota de los conservadores, y con la perdida del predominio de los radicales dentro del Partido liberal y del gobierno. Se contabilizaron 9.000 muertos.

La séptima guerra civil dura 13 meses, y la inician en 1885 los liberales radicales de Santander, contra el gobierno de coalición liberal conservador presidido por Rafael Núñez. Concluye con la derrota de los liberales radicales, el triunfo del gobierno y la promulgación de la Constitución regeneradora de 1886. El número de muertos sobre pasó los 3.000.

La octava guerra civil dura 2 meses, de Marzo a Mayo de 1895, y enfrenta a una fracción del liberalismo, contra el gobierno conservador de Miguel Antonio Caro, José María Sanclemente y José Manuel Marroquín. Triunfan las fuerzas del gobierno comandadas por el cauchero exportador Rafael Reyes convertido en general. Es el fin del predominio del conservatismo Nacional del presidente Núñez en manos de Caro, y la incubación de la guerra de los mil días que se iniciaría 4 años después. El número de muertos fue alrededor de 2.000.

La novena guerra civil llamada 'de los mil días' pero que en realidad duró 1.130. Enfrenta a los liberales radicales con el gobierno conservador de Marroquín y se inicia el 17 de octubre de 1899, con la toma de la vecina ciudad del Socorro, que realiza con los peones de su propia hacienda, el general Juan Francisco Gómez Pinzón, perteneciente a la fracción radical del liberalismo. Pronto se le unen los demás jefes liberales del radicalismo en todo el país: Uribe Uribe, Benjamín Herrera, Vargas Santos. El gobierno refuerza su ejercito con los generales Peña Solano, González Valencia, y Próspero Pinzón y la guerra se torna en una carnicería prolongada que moviliza en un país de escasos 4 millones de habitantes a más de 500.000 campesinos y aldeanos, causando la muerte de otros 100.000 peones de ambos partidos. La indefinición militar hace surgir al final la forma de guerra de guerrillas, que como experiencia social que persistirá largos años en la memoria colectiva de los colombianos.

La guerra termina por mediación del gobierno de los Estados Unidos en el buque de guerra Wisconsin que se hallaba anclado en la bahía de Panamá, donde se presiona la firma de un pacto que incluye entre otras cláusulas, la negociación para la separación de la provincia de Panamá. El 12 de noviembre de 1902 firman, el general Benjamín Herrera por parte de los liberales radicales y el general conservador Nicolás Perdomo a nombre del gobierno. El resultado final, además de la traumática y masiva movilización social especialmente campesina que se prolonga durante varias décadas posteriores, significa la ruina del país en especial de la región comunera del actual departamento de Santander, en donde se libraron los más mortíferos combates, la perdida de la provincia de Panamá, el asenso fraudulento a la presidencia de la república del dictador bipartidista de la Unión Republicana Rafael Reyes y su reforma constitucional de 1905.

Así, la probada táctica de los pactos entre los dirigentes de uno y otro partido, también se continúa sin modificaciones durante todo el siglo 20 y hasta la actualidad, constituida en una verdadera ideología colombiana para gobernar: En 1909 se pacta la Alianza bipartidista que derroca al general Reyes, cuando se le agota su arbitraria política de gobierno y su favoritismo para convertir a los grandes latifundistas exportadores de café en industriales, mediante generosos subsidios oficiales, y para apoyar la presidencia del rival cafetero antioqueño Carlos E Restrepo.

Luego se da el pacto de gobierno bipartidista de convivencia, dirigida por los conservadores moderados, que durante el periodo llamado hegemonía conservadora (1914 -1930) de los gobiernos de José Vicente Concha, Marco Fidel Suárez, Pedro Nel Ospina y Miguel Abadía Méndez; se caracteriza por la continuación del desarrollismo industrial subvencionado por el Estado, por la ilimitada expansión agrícola y ganadera, y por la implantación de los enclaves Norteamericanos en las zonas bananeras y petroleras.

En 1930 los liberales pactan con un grupo minoritario de los conservadores, la Concentración Nacional con la que ganan y sostienen el gobierno de Enrique Olaya Herrera. En 1946 el dirigente liberal Alberto Lleras Camargo, pacta con los conservadores, la Unión Nacional con el fin de superar el impase producido por la renuncia del gobierno del presidente liberal reformista Alfonso López Pumarejo, controlar el creciente conflicto en el campo reflejado en la ley agraria de 1936, las agitaciones obreras en los enclaves bananero, petrolero y en transporte por el río Magdalena, y para apoyar el gobierno el gobierno conservador liberal, presidido por el cafetero antioqueño Mariano Ospina Pérez. Hay paridad en el gabinete ministerial y gobernaciones departamentales cruzadas y se constituye en la premonición del futuro Frente Nacional.

En 1948, el gobierno pactado de mayoría conservadora y participación de los liberales, aplasta la insurrección popular desencadenada a partir del asesinato del dirigente liberal de Izquierda Jorge Eliécer Gaitán. En 1953, se da el pacto del conservatismo moderado dirigido por Ospina Pérez con los liberales, para destituir al Presidente conservador doctrinario Laureano Gómez y apoyar al general Rojas Pinilla como primer mandatario del país. Y en 1956, se pacta un Frente Civil entre los liberales dirigidos por Alberto Lleras Camargo con la fracción doctrinaria del conservatismo dirigida por Laureano Gómez, con el fin de reemplazar la dictadura del general Rojas Pinilla.

En 1957 se pacta un gobierno bipartidista liberal conservador de las Fuerzas Armadas llamado Junta militar, para preparar la transición al Frente Nacional, iniciado en 1958 con la presidencia liberal de Alberto Lleras Camargo, surgida del pacto firmado en Cataluña en 1957, y en donde iniciamos este análisis.

Pero como si fuera poco, en 1991 durante el gobierno de Cesar Gaviria, a la manera de otro episodio más de esta ideología de gobierno, se selló el Pacto de Silencio sobre la barbarie acontecida en el Palacio de Justicia 6 años atrás, entre los guerrilleros del M-19-Alianza Democrática y los partidos liberal-conservador, para expedir la Constitución del 91 actualmente vigente, la que ha permitido otro periodo de pacto bipartidista-ampliado, guerra contrainsurgente y ampliación del mercado interno hasta Carimagua y la base militar aledaña de Marandúa, en la frontera con Venezuela.

Y hoy después de 16 años, como en Colombia no hemos tenido historia reconocida, se intenta repetir la tragedia con otro pacto entre gobierno de la seguridad democrática y algunos sectores de la llamada oposición democrática, autonombrados de izquierda democrática, con el fin de legitimar la ley de justicia y paz y dejar impune el necesario juicio histórico y jurídico al genocidio democrático de siglos, ocurrido en la republica democrática de Carimagua.

Pero quienes sueñan con otro pacto por las alturas, siempre deberán tener presente que según lo enseñanza la verdadera y terrible historia colombiana; únicamente se podrá superar definitivamente esta pesadilla cíclica de guerra-pacto bipartidista y nueva guerra, mediante un pacto Soberano y Justo socialmente llamado Salida Política al conflicto histórico colombiano, que desde abajo y hacia arriba, contando con el pueblo trabajador victima del despojo y la explotación, reconstruya la verdadera democracia en el país.

Con ese espíritu los invito a participar en la marcha por la dignidad convocada por las victimas del terror del Estado, que se realizará en todo el mundo este próximo 6 de marzo.


25 de febrero de 2008

La mentira organizada

Amigos y amigas:

Ovidio Cardona (ovidiodorada@yahoo.es), es un dilecto amigo virtual que me tiene en su base de datos y con frecuencia me hace llegar artículos muy interesantes sobre temas diversos, como éste que les dejo a su consideración.

Cordial saludo…

Octavio Quintero

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¿CÓMO SE DESMONTARON LOS PAISES COMUNISTAS?­

Hubo un manojo de países que conformaban la llamada comunidad socialista y ya no lo son y hasta ahora no se conocen estudios históricos que expliquen como se derrumbaron. Pareciera que la gran orquesta hubiese recibido la orden perentoria de parar, dejando estupefactos a los espectadores.

Desde hace mucho tiempo algunos escritores señalaron que el comunismo era un montaje de las sociedades secretas inventadas por el sionismo y que cuando ya no lo necesitasen más lo desmontarían sin ninguna dificultad. Con razón o no, la historia se desarrolló como ellos lo habían indicado y ello nos obliga a volver a mirar a esos autores con nuevos ojos. En lo personal leí esas tesis a mediados de los 70 y no les di ningún crédito. El gran industrial automovilístico HENRY FORD en su libro EL JUDIO INTERNACIONAL había adelantado la muerte del socialismo en la década del 30 señalando que el judaísmo había diseñando las tesis socialistas porque el levantamiento de los pobres del mundo favorecía a sus intereses ocultos y que todos los gobiernos de los países comunistas eran dominados por organizaciones judías y otras, alentadas por ellos como parte de un gran plan para adueñarse del mundo. HITLER en su obra MI LUCHA dijo lo mismo pero, salvo los miembros del partido NAZI, nadie mas pudo creerle. En los círculos islámicos se habla de lo mismo pero nadie, fuera de ellos mismos, les tomó nunca en serio. Hay otra obra LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION que relata, desde finales del siglo XIX, todos los planes ocultos de los judíos para adueñarse de toda la tierra y esclavizar a todos los pueblos. Ese es el tiempo en que sacarán al Mesías, el de su religión, para gobernar al mundo con mano de hierro en nombre de dios quien, según ellos, los declaró como el pueblo elegido. Digo el dios de ellos porque es dudoso que otro dios los escogiera por encima de otros pueblos más nobles y pacíficos. Lo cierto es que a los judíos les han sacado de Babilonia, Egipto, Roma, España, Alemania, Austria, etc.…Algo tendrán de peligrosos que en tantas partes los han detestado como para desterrarlos y quererlos matar. Según los libros sagrados de ellos el rey Herodes los consideraba tan malos que les mataba hasta los niños. A las sociedades secretas y concretamente a la masonería se los ha señalado como intrusos en los gobiernos de Italia, como infiltrados en Scotland Yard, como los promotores de la revolución francesa, como los organizadores de la revolución americana y como financiadores e inspiradores de las revoluciones que acabaron con el colonialismo español en América y a la vez usufructuarios de los nuevos gobiernos de la América del Sur. Lo cierto es que los presagios de LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION no solo resultaron exactos sino que interpretan de manera sorprendente los acontecimientos de la vida actual. Como dice un escritor chileno si LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION no son auténticos si son verídicos. Desde que los enemigos del sionismo capturaron a un correo que acababa de salir de una asamblea mundial judía en Suiza y que portaba los documentos de dicha reunión, los sionistas no han parado de desmentir a LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION y de comprar ediciones completas para que países enteros no los puedan leer. Hay que arrimarse a un enemigo furibundo de los judíos, como por ejemplo, un Nazi, para poder conseguir una copia ya que para ellos es una especie de bíblia… y no siempre la tienen. Así como la iglesia católica tiene un Index de libros que no quisiera que nadie leyera los judíos tienen el suyo y en él están LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION y EL JUDIO INTERNACIONAL de HENRY FORD. Las grandes editoriales judías, como por ejemplo, la editorial Planeta no se dan ni por enteradas que esos libros existan.

Una vez derrotado el socialismo en la Unión Soviética lo primero que se hizo fue arriar la bandera roja de la hoz y el martillo y aparecieron, en cada país de la federación, las nuevas banderas; Pero como no hay crimen perfecto, en la bandera de la república Rusa dejaron el rastro que nos permite seguir los pasos del poder oculto que desmontó el socialismo en la otrora potencia comunista.

Las banderas del Ecuador, Venezuela y Colombia tienen una gran similitud con la bandera Rusa y es poco probable que la orgullosísima Rusia se tome el trabajo de copiar su bandera de unas republiquetas como las mencionadas. En muchos emblemas de las repúblicas bolivarianas se filtran símbolos masónicos, un ejemplo de ello es el escudo de Colombia, en donde está el gorro frigio el cual es un reconocido e incuestionable símbolo masónico, los que muestran a las claras que la masonería dirigió el proceso de independencia formal de estas repúblicas y actualmente muchas logias llevan el nombre de próceres masones y entre ellos el de Francisco Miranda y el de José María Córdoba. Presidentes de Colombia y prominentes figuras políticas del gobierno, en diferentes épocas, no han tenido ningún recato para confesar su afiliación masónica y valgan para ello los casos de César Gavíria Trujillo, expresidente de Colombia y secretario general de la OEA y de Horacio Serpa, exministro liberal del mismo país. Se habla que Simón Bolívar, masón de alto calado, se reunió con el general masón español Pablo Morrillo en secreto y con una agenda desconocida hasta hoy y este hecho está registrado oficialmente en la historia de Colombia. Llama la atención que Morillo llevó una escolta numerosa y Simón Bolívar apareció con un edecán, lo que hubiera permitido a Morillo capturarle, de haberlo querido. Pablo Morillo hacia parte con Barreiro y Juan Sámano de un grupo de militares avezados en las guerras que España libró contra Napoleón y además contaban con tropas selectas y muy bien armadas y las tropas de Bolívar iban descamisados, mal armados, mal entrenados y; por ejemplo les faltaba artillería ya que en La Nueva Granada no había minería ferrosa; y las batallas que libraron contra los generales Españoles no convencen desde el punto de vista militar como para decir que los superaron y vencieron en franca lid. La Batalla de Boyacá, que dio origen a la independencia de Colombia, más bien parece una pelea de vecinos o una pantomima organizada por dos masones Bolívar y Morillo. En esa época Fernando VII podía ser engañando fácilmente diciéndole que las guerrillas de Bolívar habían derrotado al ejército Español y que había que resignarse. No tenía el rey como saberlo por otros medios ya que la enorme distancia de la metropoli a las colonias no permitía viajes rápidos y la falta de caminos y lo intrincado de las selvas hacían imposible una verificación rápida. Además Morillo era un hombre de confianza del rey de España y el rey no iba a pensar que le estuvieran diciendo mentiras y traicionando a la corona. Lo mismo no pensaría Salvador Allende, masón, que el general Augusto Pinochet Ugarte, su gran amigo masón, y hombre de extrema confianza lo iba a asesinar por orden de la jerarquía de mas arriba. No olvidemos que Miranda quiso matar a Bolívar y de pronto por orden de la jerarquía de más arriba…vaya uno a saberlo.

El general Francisco Miranda, masón de tacón alto, recorrió muchos países buscando ayuda militar y financiera para la guerra que las colonias Españolas estaban librando por su independencia. Muchos masones vinieron a reforzar el ejército de Bolívar, Soublete, Deluyar, Jaime Rook, etc. Son ejemplos de ello. Cualquier parecido con las brigadas internacionales en la guerra civil Española es mera coincidencia. Lo que llama mas la atención es que fue huésped de honor de Catalina de Rusia y que incluso tal camaradería llegó despertar suspicacias de amores entre Catalina y Miranda. Lo que se supo es que la masonería Rusa aportó dinero para la causa de Miranda y es de todos conocido que fue Francisco Miranda quien diseñó la bandera de Colombia, ahora sospechosamente similar a la bandera Rusa. Demasiado grande la coincidencia entre los sucesos de la Corte de Catalina y Miranda y la bandera Rusa y las de Colombia, Ecuador y Venezuela. En todos ellos están la masonería y los grupos sionistas detrás.

En el gobierno Soviético siempre ocuparon los puestos directivos personajes que escondieron bien su origen judío para no despertar sospechas. No es la primera vez que lo hacen. En España cuando la inquisición los mataba y requisaba sus bienes ellos decidieron volarse a América y cambiarse los apellidos por otros que no resultaran sospechosos de ser judíos. De esa manera les ha sido fácil ocultarse de sus enemigos y han podido escalar en el seno de los gobiernos y organizaciones sociales sin ser molestados por su origen. En Colombia, por ejemplo, la familia Santos es judía y ha tenido un presidente, Eduardo Santos y un vicepresidente, Francisco Santos y un ministro de hacienda, Juan Manuel Santos. Han tenido el principal periódico del país, el diario El Tiempo, el cual ha influido de manera decisiva en el nombramiento de varios masones como presidentes. Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo, Julio César Turbay Ayala, César Gaviria Trujillo, etc. Stalin, por ejemplo, era judío y se encargó de eliminar masivamente a los miembros del partido comunista que no eran masones o judíos lo que explica las enormes matanzas descritas ampliamente en El Archipiélago Gulag de Alexander Solienitzin y en muchas obras de los disidentes soviéticos. Se ha señalado que los muertos en sus famosas purgas ascendieron a varios millones y practicamente eliminó del partido comunista de La Unión Soviética a todos aquellos que no pertenecieran a la pandilla de la masoneria y sociedades afines. Nikita Kruschov también era judío y Yu Andropov, director de la KGB también era judío.

Actualmente los otrora países comunistas, prósperos pero sojuzgados por los judíos y la masonería, están convertidos en cloacas de prostitución, de pillaje, de drogadicción y al garete de las potencias imperiales capitalistas. Lo más curioso es que las empresas del estado pasaron, como por encanto, a manos particulares sin que nadie sepa de donde sacó, por ejemplo, un ciudadano soviético, que no manejaba mas de 200 rublos al mes para comprarse una fábrica, una gran tienda o una hacienda. Ahora mismo se pasean por el mundo ex ciudadanos soviéticos que a los pocos días de caído el antiguo régimen ya eran dueños de bancos y figuraban en las revistas financieras como los nuevos grandes magnates Rusos. No me cabe la más mínima duda que el capital fue traído del extranjero por los judíos, como tampoco me cabe la más mínima duda que los nuevos dueños son masones o judíos en su gran mayoría.

Si como dijo Henry Ford los judíos planificaron la recesión de los años 30 en Los Estados Unidos, escondiendo sus capitales, cabe preguntarse si el golpe recibido en su corazón financiero el pasado 11 de Septiembre lo que paralizó la todopoderosa bolsa de New York por varios días y que precipitó la caída de miles de empresas grandes y pequeñas no podría tener el mismo origen. Al fin y al cabo poner las empresas de los Estados Unidos a valer centavos por acción coloca a disposición de capitales Europeos judíos a este gran país. Hasta ahora no hay pruebas contundentes que muestren que los árabes hallan perpetrado el atentado, lo que sí es evidentísimo es que hay mucha propaganda apresurada a querer mostrar al ex agente de la CIA, Bin Laden como responsable de los atentados. Hay quienes señalan que el gobierno de Los Estados Unidos y las agencias de inteligencia de ese país están manejadas por sociedades secretas judías, entonces, si esto es cierto, inculpar a alguien, rápidamente, hace parte del plan general judío. Que ciudadanos árabes viajaran en los aviones y que estuvieran estudiando aviación en USA no constituye plena prueba y lo que sí se sabe es que a una operación encubierta puede ponérsele un cierre para obstaculizar una investigación. Eso me recuerda al ladrón que se robó una joyería y para protegerse de la policía arrojó la licencia de conducir de un ciudadano sobre un mostrador. Obviamente la policía lo primero que pensó fue que el titular de la licencia era el ladrón. Hasta ahora la investigación va en nada porque quienes investigan no son confiables.

Desde el comienzo de la revolución norteamericana los judíos se atrincheraron por si mismos o por intermedio de sus agentes de la masonería en el nuevo gobierno y han permanecido allí desde entonces e incluso semejante potencia es defensora a ultranza del pequeño estado de Israel y por mala que sea la actuación de este último, Estados Unidos saldrá a defenderlo dando la impresión que el pequeño manda al grande. En una visita de Bill Clinton a Israel se puso en la cabeza el símbolo que utilizan los primogénitos de las familias judías. ¿ Es judío Clinton?. Nada de raro tendría ya que en el gobierno americano han aparecido figuras judías como Berzinski y Kissinger quienes han determinado la política exterior gringa y su conducta militar en el extranjero. Noam Chomsky, un connotado lingüista judío, ex asesor de inteligencia criptográfica de la Cia, en la guerra del Vietnam, en uno de sus artículos en donde posa de infante terrible señala que fue Zbignew Berzinski quien hizo meter a los rusos en Afganistán para crearles su propio Vietnam. En el billete de dólar aparecen los símbolos masónicos como el triángulo con el ojo adentro y otros como para que no quede ninguna duda de quien manda en USA. Los judíos han concentrado sus principales acciones en Europa la que han reunificado y que en apariencia aspiran a contraponerla al resto del mundo. ¿ Será por eso que se niegan a recibir a un país islámico y antijudío como Turquía en la comunidad económica europea?.

La iglesia católica y su papa, Juan Pablo II, aliado de la CIA en el desmonte del socialismo tampoco se han librado de la subversión judía ya que desde 1960 llenaron al mundo de sectas protestantes, enemigas entre sí, y le han quitado gran parte de la clientela en los países de tradición católica y romana y además han financiado generosamente a estos movimientos dotándolos de emisoras de radio, de televisión y de excelentes locales para su desempeño. También se observan maestros masones de grado 33 haciendo de representantes y promotores de esas nuevas denominaciones. Sin duda hacen parte del gran plan judío para dividir y reinar.

WILLIAM BLAKE

18 de febrero de 2008

Neofisiocratismo

OCTAVIO QUINTERO

Antes de continuar con el debate de la hacienda Carimagua y su viabilidad agropecuaria en manos de terratenientes poderosos y pudientes y/o desplazados en la inopia y perseguidos, debiéramos echar una mirada a ras de lo que fue la reforma agraria de los años 60 en Colombia y lo que quedó de ese inmenso esfuerzo político, social y económico que hizo el país a pesar del cual las estadísticas de hoy nos revelan que el 61 por ciento de las mejores tierras están en poder de unos pocos terratenientes.

Si uno se ubica en un punto objetivo desde el cual pueda mirar y sopesar todos los argumentos en pro y en contra que se han dado sobre Carimagua, encuentra que son razonables unos y otros y que, lo que los diferencia es el enfoque ideológico que se impone de un lado y del otro.

Por eso sería conveniente echar esa mirada sobre la reforma agraria y ver ¿dónde están y qué hacen esos miles de campesinos que recibieron tierras del Incora… bueno, al menos los que sobrevivan; y a qué están dedicadas y en manos de quiénes esas tierras? Y el punto más importante de analizar, obviamente con la mayor objetividad, es por qué no funcionó la reforma agraria del siglo pasado.

El tema Carimagua no debiera enfocarse sólo desde la perspectiva de si se entregan esas tierras a 200 familias desplazadas o a cuatro ilustres empresarios agropecuarios amigos y parientes del alto gobierno. Es indudable e indiscutible que las tierras de Carimagua en manos de unos menesterosos van a fracasar; o que, en manos de unos poderosos, van a echar para adelante. El tema debiera servir más para profundizar en la necesidad de una reforma agraria integral, término que empleo recordando que quedó tan gastado en la época del furor del Incora que una vez Álvaro Gómez dijo con su fina ironía que el debate de la reforma agraria parecía una cocina, por lo de “integral”.

Y me parece que como lo dijo el ministro de Agricultura, el debate de Carimagua sí es ideológico, y es lo que debe debatirse. Debe fijarse muy claramente una política sobre reforma agraria. Si la ideología fuese social, y enmarcada en el ya tristemente célebre Estado Social de Derecho que prescribe la Constitución Nacional, esa política debiera tener como centro del mejor bienestar posible al ser humano (hombres y mujeres), no sólo desplazados sino campesinos a secas, porque es bien cruel que en este país sólo cuando la violencia del hombre o el infortunio de la naturaleza se apoderan de los campesinos, son cuando se vuelven visibles. Y si tiene como enfoque ese bienestar general por encima del particular, entonces el Estado debiera no sólo entregarles tierras a los campesinos (todos víctimas del desplazamiento desde años ha), sino también proveerles y facilitarles las condiciones requeridas para que esas tierras sean productivas en términos económicos. Eh ahí en donde el ministro de Agricultura tiene razón, y una razón perversa, por supuesto, porque entregarle unas mangas a unos campesinos en los llanos (o en cualquiera otra parte del país), sin cercar, sin arar, sin abonar, sin vías de comunicación, sin semillas, sin ganados, sin transporte, sin créditos de fomento y sin… ¿qué más digo?, es como si a uno le entregaran un avión sin gasolina en pleno vuelo y, por demás, sin saberlo manejar.

Y especialmente por lo que sigue, es por lo que el ministro de Agricultura tiene toda la razón y le sobra: como estamos en un régimen capitalista y, por demás, a ultranza, esas tierras quedan mejor en manos de unos terratenientes que tengan los recursos suficientes, y si por acaso les llegare a faltar algo, el Estado lo proveerá en muy favorables condiciones, porque en un régimen neoliberal, el interés de los ricos se sobrepone al interés de los pobres. Prueba está en las noticias de hoy 17-02-08 en donde se anuncian miles de millones de pesos para subsidiar a los empresarios afectados por la revaluación, mientras sigue sin desenredarse la madeja jurídica que se armó con un fallo de la Corte Constitucional sobre la quiebra del Upac que dejó sin vivienda a miles y miles de damnificados y que fue culpa también y por demás del mismo Estado.

Eh ahí el quid del asunto: no es que el debate sobre Carimagua esté ideologizado porque se trate de unos desplazados por el paramilitarismo del que no se ha podido despercudir el gobierno del presidente Uribe, sino que ese debate de la reforma agraria está ideologizado desde que el gobierno liberal de Carlos Lleras Restrepo (1966-70), impulsó una reforma agraria con algunas bondades sociales y el conservador de Misael Pastrana (1970-74) la echó atrás con acentuada ideología fisiócrata.

Claro que el debate es ideológico, ministro; y en medio de él está la ideología de quienes queremos un Estado social de derecho, incluyente, tolerante y en paz contra quienes nos siguen imponiendo un Estado de hecho insocial y asocial; clasista y violento, que a lo largo de los años ha degenerado en un interminable enfrentamiento entre unos pocos que lo quieren todo y otros muchos que demandan al menos el derecho natural que les asiste de subsistir en condiciones dignas.

Es casi seguro que cuando el gobierno de Uribe anunció la entrega de Carigmagua a unos desplazados sólo fue para arrancar aplausos de la galería, es decir, fue un acto de demagogia, como todo lo que corona en lo social la frente de este régimen; como seguro será que si se le arrienda a los pudientes empresarios por 50 años es con el claro propósito de que se queden con esas tierras por lo siglos de los siglos. Y es también muy dable pensar que este debate inocuo lo destapa El Tiempo para menoscabar la imagen de quien pudiera ser un duro hueso de roer de los Santos (Juan Manuel y Pacho), en el próximo debate presidencial. Es decir, el interés de El Tiempo, más que por los desplazados sin tierra, parece ser por los desplazados del “corazón grande” de Uribe en sus guiños de sucesión presidencial.

Señores: no funcionó la reforma agraria de los 60, con toda la voluntad política de un gobierno como el de Lleras Restrepo, va a funcionar ahora la parcelación de un lote de terreno que de darse, va a ser contra la misma voluntad del gobierno. Si yo estuviera en los zapatos de uno de esos desplazados que están siendo utilizados por la derecha para probar que la tierra en manos de pobres no pelecha y por los críticos de Uribe como punta de lanza contra el régimen, y más crudamente como carne de cañón contra el establecimiento, diría a la luz de mi propia experiencia: “no gracias”.

oquintero@yahoo.com

17-02-08

11 de febrero de 2008

Con la vara que mides..

OCTAVIO QUINTERO

Los escuderos uribistas especializados en derecho internacional se refieren cada vez con más vehemencia a la supuesta intervención de Chávez en los asuntos internos de Colombia con motivo de los reiterados pronunciamientos del mandatario venezolano sobre la beligerancia de las Farc y, posteriormente, sobre su declaración de que Venezuela no limita al occidente con Colombia sino con las Farc, lo que en principio se tomó como ironía del mal gusto, pero que poco a poco se ha ido desbrozando su verdadero alcance geopolítico cual es el de reconocer que efectivamente la guerrilla colombiana sí tiene dominio territorial, una de las condiciones fundamentales para el reconocimiento de fuerza o ejército beligerante. Esta última apreciación chavista fue refrendada por el presidente ecuatoriano en los mismos términos: es decir, en el sentido de afirmar que tampoco Ecuador limita, en su caso, al norte con Colombia, sino con las Farc.

El reconocido docente e investigador en Derecho Internacional de la Universidad Externado, Eric Tremolada, titular en Colombia de la Cátedra Jean Monnet de Derecho Comunitario, confiesa haberse zambullido en los últimos días en los convenios de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales de 1977, así como en los manuales en la materia de Mariño Menéndez, Remiro Brotóns, González Campos, Puente Egido, entre otros, para precisar con la mayor objetividad posible si Venezuela está interviniendo en los asuntos colombianos.

Su lapidaria conclusión es que Venezuela sí está interviniendo en los asuntos internos de Colombia al pretender que Colombia reconozca la beligerancia de las Farc, aparentemente presionando además al gobierno colombiano con bloqueos comerciales a lo largo de la frontera y con medidas económicas internas que estropean el libre comercio entre los dos países a nivel oficial y privado. Eso, dice Tremolada, “es una flagrante violación a la obligación del principio fundamental de no intervención por parte de Venezuela, quien por el contrario debe cooperar para garantizar los propósitos y principios rectores de la Carta de Naciones Unidas”.

La injerencia de Venezuela en los asuntos internos de Colombia no es tan clara como pretende establecerlo el distinguido profesor de derecho internacional del Externado porque, no sabemos si fue que no quiso escudriñar en los convenios de Ginebra que él mismo refiere, o es que esos convenios ignoran qué tanto debe intervenir un país en otro cuando sus asuntos internos afectan directamente los asuntos internos de sí mismo. Por analogía podemos recordar que todos tenemos derecho a la vida privada, pero que ese derecho se pierde cuando con nuestros actos privados perturbamos la privacidad de terceros. Es el caso de la fiesta del piso 2 que no deja dormir tranquilos a los habitantes del piso 1.

Parece lógico que mi vecino, en este caso, Venezuela, ande preocupado (y mucho), con el estado de guerra, subversión, terrorismo, narcotráfico, paramilitarismo y parapolítica que se vive en Colombia, lo que en los términos de la analogía anterior, podría considerarse un verdadero aquelarre que no deja dormir tranquilos a los vecinos inmediatos como Venezuela, Ecuador, Brasil y Panamá, sino al inmediato del norte como Estados Unidos.

Por tener interés en que la fiesta del narcotráfico en Colombia se acabe, es por lo que Estados Unidos interviene ya abiertamente en los asuntos internos de Colombia ¿o no? ¿Acaso no fue con el pretexto de luchar contra el narcotráfico que se aprobó el Plan Colombia? Plan, que recuerdo muy bien, se hizo explícito en que no sería utilizado para financiar la lucha del gobierno colombiano contra los grupos insurgentes, concretamente contra las Farc y el ELN, precisamente porque eso constituiría una intervención abierta en los asuntos internos de Colombia. ¿Y qué es lo que tenemos?

Con los mismos argumentos, y con más veraz, también podemos enjuiciar la intromisión de Estados Unidos en los asuntos internos de Colombia cuando, como es el caso, el embajador de turno, ayer Fretchet y hoy, que ya no se ni como llama el “careloco” ese que a diario opina, pontifica, califica y descalifica sobre los asuntos más particulares, más internos y más privados de la sociedad y el gobierno colombiano.

Si todavía quedan dudas sobre la intervención estadounidense en los asuntos internos de Colombia, preciso es valernos de la investigación del profesor Tremolada para disiparlas cuando, para el caso de Venezuela dice que (…) “basta con remitirnos a la citada Resolución 2625 (XXV), de 24 de octubre de 1970, de la Asamblea General de las Naciones Unidas que contiene la Declaración sobre los principios de Derecho Internacional

referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados que determina el alcance de la obligación de no intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los Estados: "Ningún Estado puede aplicar o fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra índole para coaccionar a otro Estado a fin de lograr que subordine el ejercicio de sus derechos soberanos y obtener de él ventajas de cualquier orden". Además señala que "Todos los Estados deberán también abstenerse de organizar, apoyar, fomentar, financiar, instigar o tolerar actividades armadas, subversivas o terroristas encaminadas a cambiar por la violencia el régimen de otro Estado, y de intervenir en una guerra civil de otro Estado".

Como dicen por ahí, “el que tiene rabo de paja no se arrima a la candela”, y por eso es que Colombia no puede llevar el caso de Chávez a Naciones Unidas porque junto a él tendría que analizarse también el propio caso estadounidense en donde sería muy probable, porque parte de la lógica, que tenga más razones y hasta más derecho Venezuela por cuestiones de vecindad, de preocuparse más por los asuntos internos de Colombia que Estados Unidos que, al parecer, sus preocupaciones son más de orden político, geopolítico, económicas e imperiales, que de buen vecino.

oquinteroefe@yahoo.com

11-02-08