Los historiadores del sindicalismo en Colombia van a encontrar serios problemas de logística cuando intenten explicarse los postulados laborales de una central de trabajadores tan importante en el 2010 como la CGT, y la militancia política de su principal dirigente Julio Roberto Gómez Esguerra, quien, en sólo 10 años ha saltado de la centro-derecha (democracia Cristiana) a la izquierda (Polo democrático) para terminar acomodándose en la ultraderecha de Santos.
Tengo ante mí un folleto: -28 cápsulas para generar empleo- editado por la CGT, que constituye una catilinaria contra la política laboral del gobierno de Uribe. Y es lo que los historiadores seguramente se preguntaran, ya quizás sin que nadie pueda brindarles una respuesta, cómo es que el Secretario General de dicha confederación, quien personalmente suscribe dicho documento, termina adhiriendo al continuismo de Santos.
Entre los muchos comensales que van llegando en procesión a trinchar al barril de los puercos sobresale este dirigente sindical. Reúne todos los asquerosos requisitos que identifican a los garantes de la “unidad nacional” propuesta por Santos. Este Julio Roberto nos ha salido más trásfuga que su predecesor en estas artimañas sindicales, Angelino Garzón, y por el cual acaba de ser arrastrado a la U.
¿Cómo es que este hombre termina adhiriendo a la U. de Santos? Sólo se explica por el oportunismo y por su desfachatez cuando dice que para ahorrarle al comité de ética del Polo su expulsión, él mismo renuncia.
El primer ministro obrero que tuvo Colombia, Antonio Díaz, en uno de los últimos reportajes que concedió al periódico Concertación de Fetraboc, al preguntarle sobre Tulio Cuevas, ese ícono del sindicalismo colombiano a mediados del siglo pasado, decía que según el presidente Lleras Restrepo, lo mismo cobraba por armar una huelga que por desmontarla.
Parece que Julio Roberto el de la CGT anda en las mismas, dando unos saltos mortales en el trapecio de la política nacional, igual que Angelino; igual que Lucho… Lamentablemente igual que los más importantes dirigentes sindicales de este país que terminan medrando al calor de todos los gobiernos a costa de los intereses de los trabajadores.
Todo lo que uno le puede desear a este nuevo puerco que llega al barril de la U. es que ojalá se harte pronto y salga de la vida sindical del país, que con tal de que se vaya, aunque le vaya bien…
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