Así va el mundo
La sociedad presente está construyendo un ser humano sin memoria histórica; un ser humano sin vínculos emotivos con sus predecesores más inmediatos, lo cual significa la construcción de un ser humano sin ataduras morales y éticas; un ser humano que se inventa cada día a semejanza e imagen de las circunstancias, del vaivén y de la idolatría y culto a la persona. Es decir, un ser humano más mercado que humano.
José Saramago, el recién desaparecido de la vida; de esta vida que se va transformando en algo light como la coca cola y el sexo, decía: “Hay qué recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia”.
Bueno, indiferencia es la escala superior y más despectiva del olvido porque, indiferencia es todo aquello que nos rodea sin que tengamos en mente su presencia; sin que le demos ni siquiera al desgaire una mirada.La indiferencia que tenemos, por ejemplo, por el medio ambiente que nos rodea o por el otro que pasa al lado.
Y en este proceso, la sociedad colombiana sí que ha avanzado en la indiferencia: ya nos importa un bledo la constante violación de los derechos humanos; el hallazgo impresionante de fosas comunes con miles de NNs; la guerra territorial de las bandas criminales en las principales ciudades del país; el despilfarro y robo de los dineros públicos por parte de los gobernantes; el desempleo, la salud, la vivienda, la dignidad y el honor.
Somos tan indiferentes a todo esto que hemos dejado pasar un proceso electoral de la mayor importancia y oportunidad para enmendar la plana, y lo que hemos convenido es renovar en ese marco del mal gobierno a otros actores con el mismo libreto.
Pero como dicen… “mal de muchos, consuelo de tontos”…
Ese proceso de desmemorización histórica resulta universal, pues, no sólo se presenta en el barrio Eduardo Santos de Bogotá en donde a raíz de la elección del presidente Juan Manuel Santos le preguntaban a sus habitantes si sabían quién había sido el presidente Eduardo Santos (1938/1942) y no tenían ni idea, sino que los universitarios de Estados Unidos creen que Beethoven es un perro y que Miguel Ángel es un virus de ordenador, según acaba de divulgar la lista 'Mindset' (modo de pensar).que viene haciéndole un seguimiento a estas cuestiones desde 1998.
Que horror: nunca pudimos precisar bien de dónde venimos y ya ni siquiera nos interesa saber quiénes somos…
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